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Mostrando las entradas de marzo, 2023

CUIDADO, LOCA, QUIEREN PROGRAMARTE

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CUIDADO, LOCA, QUIEREN PROGRAMARTE Hay una nueva pandemia que azota la Ciudad Autónoma y que rápidamente se extiende a todos los rincones de esta república limonera. No es para nada silenciosa, es estridente y amiga de los algoritmos. Es como la fiebre amarilla, pero también es rosa. Pocos infectólogos la nombran, porque tienen miedo de que se les acuse de estar infectados de una soledad aplastante, pero prestá atención, amiga, porque es una pandemia que afecta principalmente a los trolos musculosos (aunque a veces también a twinks), a las tortas que le pagan a alguien para que les limpie la casa (pagan poco, pero no las juzgues, que las dejan usar la misma vajilla), a las travas que hablan inglés, a un puñado de varones trans con título universitario e incluso (CUIDADO) a las personas heterosexuales que se rodean de gentes cuir.  Si te suena el teléfono, si tenés abierto un formulario para aplicar al Fondo Nacional de la Recalcada Pelotudez, CERRÁ TODO: podés contagiarte. Es que te qu

POEMA AL PEQUEÑO IDIOTA INSTITUCIONAL

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  POEMA AL PEQUEÑO IDIOTA INSTITUCIONAL Pequeño idiota, dulce idiota, te cubres con cocargas para engalanar tu idiotez y siempre lo consigues, no tienes miedo de verte aplastado por su peso. Bien merecerías una apasionada conmiseración pero yo veo la belleza ridícula y fascinante que es tu verdadero peinado. Los entrados en años tienen ya qué hacer con tanta condena (cumplirla) pero los jovencícimos me inspiran la más tierna náusea: con alegría se ponen el traje del idiota reconocido (es decir, reconocible) y se hacen pintar así en la Gran Familia. ¡Vuela pequeño idiota institucional! Vuela hasta la cima de la montaña, donde espera un médico para tus dolores: el invierno. Tu ingenuidad es pasmosa pero quiero verte volar porque así lo has escrito en el libro de tus deseos.

MARÍA SALCHICHA SE NIEGA A SER PROGRAMADA

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MARÍA SALCHICHA SE NIEGA A SER PROGRAMADA Hace poco tuvo lugar, en la Ciudad Autónoma, el festival macrista de la Cultura llamado FIBA. No es que esta edición sea peor que el plan general en el que se inscribe, pero es una nueva oportunidad en la que podemos verificar la gran derrota del proyecto artístico de emancipación. ¿Qué les pasa a lxs artistas? ¿Ya nadie cree que el arte pueda significar una experiencia de lucha, de disenso, de crítica, de polémica real sobre formas de vida? Empecemos por el hecho de que el festival se enmarca en la campaña presidencial de Horacio Rodríguez Larreta y NADIE DICE NADA, tal vez porque son entusiastas activistas de su proyecto. Pero no es sólo eso: es la falta total de audacia y beligerancia a la hora de concebir una imaginación sensible alternativa en un contexto absolutamente institucionalizado. ¿Qué pasa con lxs artistas? ¿Ya nadie discute a viva voz el poder institucional sobre el arte? ¿Tan grande ha sido la derrota neoliberal que a nadie le i

SER CHETO

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  SER CHETO Por María Salchicha Ser cheto es estar en el lugar correcto. Correcto, correctísimo, incluso cuando se haga la pose de incorrección, de soltura, o se fabrique, con cierta minuciosidad mal escondida, esa performance del error, esa calculada fealdad, que es tal vez la performance favorita de los chetos. En ciertos ambientes culturales de una metrópolis latinoamericana, ser cheto es como tener Club La Nación, una credencial con descuentos para entrar a tal o cual espacio, círculo, institución. Sin un mínimo de seguidores no llegarías a ningún lado. Y el cheto se pone ansioso porque ser reconocible es una competencia constante: no se nace cheto, se llega a serlo. Para ser cheto hay que ser blanco de alma, europeo de corazón, de clase media o media alta, relativamente pudiente. Los chetos tienen una estética, una ética, un modo de andar, de afirmar, de elegir, y ven el mundo como el pez que no se sabe en pecera. Generalmente sensibles, graciosos, inteligentes, delgados, más bien

FLECHADURA DEL MOLLE

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